martes, 27 de octubre de 2009

Los berrinches de la degeneración del poder




Susana Seleme Antelo

El MAS ejerce el poder de manera autoritaria, sin contemplaciones con nada ni con nadie y por eso inventa terrorismos, separatismos, magnicidios y tenebrosas conjuras contra adversarios políticos, departamentos y opiniones divergentes. Y por eso también miente, impone, atropella, acosa, humilla, abusa, hiere y hasta mata, como en Oruro, Cochabamba, Sucre, Tarija, Pando y Santa Cruz, extranjeros incluidos. Ahí están los más de 60 muertos que Evo Morales carga en su gobierno.
Por esa deformación en el ejercicio del poder, le niega al candidato a la Vicepresidencia por PPB-Convergencia Nacional, Leopoldo Fernández, preso político desde hace un año, sin juicio ni sentencia ejecutoriada, el derecho a hablar y a hacer uso de sus prerrogativas ciudadanas, democráticas y políticas. 


Como el gobierno hace uso y abuso del poder, cualquier contradicción a sus mandatos le provocan berrinches, seguidos de escandalosas declaraciones de sus principales operadores. Son los berrinches que demostró el oficialismo cuando el presidente de la Corte Nacional Electoral, Antonio Costas, afirmó que el candidato a la Leopoldo Fernández, puede hacer campaña electoral en la cárcel de San Pedro. Al tarijeño Bayard le permite hablar porque es funcional a sus instintos de dominación, pero a Leopoldo Fernández le niega ese derecho, porque es un adversario político.
La declaración sobre sus derechos ciudadanos como candidato, ex prefecto electo y ratificado de Pando, desnuda la que ya parece ser una genética degeneración autoritaria en el ejercicio del poder que sufren los hombres del MAS. Utilizaron la democracia sólo para llegar al poder, y de ahí en más, la actitud del oficialismo, como la actual, permite constatar que ejercen el poder con el puño cerrado, siempre presto al combate, nunca con la mano abierta y en son de paz, lo que reafirma su carácter antidemocrático y belicista. Sólo admite el servilismo y la adhesión acrítica, como las hoy ‘masista’, otrora enemigas y racistas ‘barras bravas’ del futbol y parte de la Unión Juvenil cruceñas, de las que ahora se ufana. 


Como ayer, cree que a la fuerza, a la mala y soliviantando a sus movimientos sociales, que ahora amenazan con cercar la cárcel de San Pedro y piden la renuncia del Presidente de la Corte Nacional Electoral, logrará su objetivo: impedir que Leopoldo hable. Debe tener miedo a que él diga qué fue lo pasó realmente en Pando y otras cosas, como aquellas de que Evo Morales lo invitó a que fuera su candidato a la Vice en diciembre de 2005.
Están nerviosos, porque Leopoldo Fernández, sin que lo dejen hablar, habla… ¡Que contradicción: el silencio que le imponen, se convierte en un grito que reclama justicia! Claro que la soberbia del poder le impide a los masistas ser más o menos racionales, en este cono en otros casos

Ejercen el poder concentrado que quiere más poder para seguir en el ejercicio del poder sin límites ni controles democráticos. Por eso las reelecciones y prorrogas mañosas y amañadas, que ejercitan los presidentes populistas y autócratas que componen la Alternativa Bolivariana (ALBA). Más que un ‘alba’, representan un crepúsculo para las democracias e izquierdas en América Latina, pues las denigran por la burda instrumentalización que hacen de la igualdad social, las elecciones y el voto ciudadano. El descomunal incremento del padrón biométrico en departamentos como Pando y Tarija, en Bolivia, apunta a la sospecha del ‘acarreo de gente’, merced a la siempre eficaz prebenda política.
El proceso de cambio del MAS se congeló en la visibilización y empoderamiento de los pueblos indígenas, demanda de la conciencia democrática de Bolivia y no exclusiva del masismo. No obstante, el ejercicio del poder, maquillado de loable y paternalista indigenismo, afecta a los propios indígenas que no les son afines. Lo que persiguen Morales y sus hombres es la hegemonía total, sometida, de yapa, al ‘imperialismo’ de Hugo Chávez, como denunció una catedrática venezolana hace poco en Madrid. 


Y es que una vez más, tenemos que reconocer que el MAS no es democrático, y tampoco le interesa serlo, de ahí que solo utiliza de la democracia en su formalidad electoral. De esa manera, Morales, García Linera y los demás, instrumentalizan y deforman el voto de los y las ciudadanos, que solo sirve para legitimar sus deseos de permanencia indefinida en el pode… Ya lo han dicho ¡50 años!
Hoy el MAS pretende ‘seducir’ a la clase media cruceña, como le gustaba decir al vice García Linera a principios de su mandato. Habrá algunos ‘seducidos’, pero a cuatro años de gobierno la degeneración genética autoritaria del MAS no deja dudas: muertos, presos políticos, violación a derechos constitucionales y humanos, ausencia de división de poderes, injusta administración de justicia, corrupción a granel, protección al narcotráfico, a terroristas y secuestradores vecinos, pero niega al boliviano Leopoldo Fernández sus derechos.


Son las prácticas políticas que nos hace perder a todos los y las demócratas. Pierde la democracia, cuya calidad es cada vez más precaria con los ataques que hace el gobierno a la pluralidad política como parte sustantiva del quehacer democrático, y de suyo, el respeto a los adversarios políticos.
El MAS judicializa la política, y sus hombres van sembrando miedo, por eso espía, increpa, acosa, golpea, hostiga y también deprava a moros y cristianos, a periodistas y medios, a gente de a pie y en auto. Es el poder que pelea, censura, ofrece castigos, violencias y aplastar al ‘otro diferente’, por eso abre juicios a todos lo que no se adhieren a sus designios. Ello implica una degeneración más del ejercicio del poder que implementa el MAS, creyendo, contra toda lógica del devenir histórico, que el poder es eterno, cuando sabemos que nada es inmutable y que todo cambia, cambia dialécticamente. 


Cambiará, a pesar de los berrinches de la degeneración autoritaria en el ejercicio del poder en el MAS. Sin embargo, dependerá no sólo del devenir de los tiempos, sino también de una oposición política con líderes lúcidos, democráticos, solidarios, que defiendan a Santa Cruz y a Bolivia de los excesos del autoritarismo mesiánico de Morales y los suyos … Ojalá que aparezcan más temprano que tarde.