miércoles, 11 de noviembre de 2009

Germán Antelo: “Falta más y verdadero amor a la Patria”




A sus 60 años, Germán Antelo enfrenta un reto político que pudo ser compartido con sus ex aliados por la autonomía, pero no lo es. Y resulta difícil explicar por qué.

Maggy Talavera – Periodista

Pudo ser candidato presidencial y no lo fue, pese a que tenía partido político, el MNR, estructura y cuadros para enfrentar una dura campaña electoral. ¿Qué fue lo que le faltó a Germán Antelo Vaca para lograr ese propósito? A la luz de los resultados, él mismo asegura que no le faltó nada y que su candidatura se frustró por un factor inadmisible en tiempos de inclusión y aperturas: su condición de cruceño. Sí, así como lo lee: por ser nacido y activo ciudadano en Santa Cruz, Antelo fue forzado a renunciar a su postulación presidencial y tuvo que contentarse con una candidatura a primer senador por el Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN) que postula al binomio Manfred Reyes Villa y Leopoldo Fernández.


La declinación de la candidatura presidencial de Antelo, sin embargo, no fue sólo porque las elites paceñas le cerraron el paso de manera directa y abierta. También obedeció a la falta de apoyo de las propias elites cruceñas, de las que Antelo hace parte, que le negaron públicamente su adhesión, como fue el caso de Oscar Ortiz, o guardaron un silencio desconcertante, como el sentido en Rubén Costas, que dejó en evidencia la fractura profunda al interior de la institucionalidad cruceña. Una fractura que se consolidó con la decisión de Ortiz y Costas de respaldar la postulación de Samuel Doria Medina por Unidad Nacional, dejando solo a Antelo en su decisión de aceptar ser candidato a senador por Santa Cruz en la plancha de la alianza PPB-CN.


El problema de fondo, sin embargo, no es la frustrada candidatura presidencial de un cruceño, sino el fracaso de las fuerzas opositoras al MAS que no lograron articular un frente amplio y único, a sabiendas de que sus chances de frenar el paso arrollador del partido oficialista (ni siquiera se habla de ganar, solo de frenar) eran nulas. Sobre estos y otros temas habló Antelo en una entrevista hecha hace una semana en su oficina de campaña.


¿Por qué fracasó el frente amplio propuesto desde la oposición?

Creo que el problema central está en la falta de visión para construir un instrumento político desde las regiones donde la oposición al MAS es fuerte. Tal vez influyó el rechazo que había a los partidos políticos, la creencia de que no funcionaría ese nuevo instrumento político. Y eso, para mí, fue un gran error, porque entonces era necesario, y sigue siéndolo, tener un instrumento que nos uniera a todos. Pero un instrumento abierto, incluyente, moderno, participativo y que valore la meritocracia, la alternabilidad, que tenga visión regional y nacional, con liderazgos que asuman esa visión, pensando en grande. No lo hicimos. Quedamos rezagados, pensando en la motito en vez de pensar en un trailer que hubiera sido capaz de contener a todos, y de abrir caminos con una visión a largo plazo.


¿Por qué no fue posible? En su momento, eran seis departamentos, con prefecturas y comités cívicos, aparentemente en ese afán…

Muchos de los problemas surgen porque se construyen estructuras sobre la base del interés personal o sectorial, uniendo un montón de liderazgos de manera coyuntural para frenar a otro, pero sin pensar en lo nacional, en un proyecto a largo plazo. Seguimos haciéndolo así y por eso vamos de tumbo en tumbo, repitiendo lo que hacen los cocaleros, por ejemplo, a los que tanto criticamos: una lucha por intereses sectoriales, que impiden hasta ahora consolidar un partido de verdad nacional. Es posible que se esté gestando, tal vez no como un partido único centralizado, sino con fuerzas regionales que luego tendrán que confederarse. Es lo único que puede acabar con este momento de inanición.


En todo caso, es un fracaso que no puede ser atribuido a la presión del MAS, sino a fallas internas de unos liderazgos regionales a los que les faltó visión política. En el caso del liderazgo de Santa Cruz, que era la principal fuerza opositora, ¿qué falló?

A ver… en enero de 2006, más de medio millón de personas se movilizó en Santa Cruz por una Bolivia autonómica. Era más del 70 por ciento de la población cruceña. A esa movilización, de la que emergieron luego dos mandatos soberanos a la Constituyente para que incluya la demanda autonómica en la nueva Constitución Política del Estado, se sumaron otras más hasta llegar al punto culmine del 4 de mayo de 2008, cuando más del 80 por ciento de la población de todo el departamento avaló el Estatuto Autonómico, un instrumento necesario para poner en marcha la autonomía departamental. Son fechas memorables que marcan un proceso que, parece, hemos dejado de lado. Aquí es donde veo otro error, o no sé cómo llamar al hecho de no haberse dejado empujar, como liderazgo, por ese ímpetu ciudadano y legítimo que quería ¡ya! ser autónomo. No había manera de frenar eso. 


Pero se frenó, ¿o no? ¿Por qué?

La verdad es que muchas cosas sucedieron entonces, de manera precipitada. La gente quería que el proceso avance, pero sentía que no avanzaba. Comenzó entonces a darse un tipo de presión, que derivó en la toma de instituciones del Estado (en la capital cruceña, primero, luego en los otros departamentos autónomos). No justifico la toma de instituciones, ojo, sólo trato de analizar qué pasó… la gente sentía que esas instituciones eran nuestras, habíamos ganado un proceso de manera legítima y legal. La gente ya no quería más cabildos ni más votaciones. En ese momento debió haber mejor orientación de los liderazgos, para evitar que hayan desmanes en la toma de instituciones.


¿No cree que los desmanes fueron provocados por infiltrados del MAS? Los que actuaron entonces en los desmanes denunciados, con el ropaje de cívicos y autonomistas, son hoy aliados del MAS…

Estoy convencido que hubo infiltrados del MAS. Lo que sucedió no fue al azar, los responsables de los desmanes estaban jugando a aprovechar el interés legítimo de la gente en manejar sus propias instituciones. Pero faltó conducción de parte de los líderes, porque el liderazgo frena, hace oír su voz. Era importante dejar en claro que la autonomía no es prepotencia, ni destrucción de nuestros papeles, de nuestros bienes públicos… luego vino la etapa de presión y violencia de parte de los movimientos del MAS en contra de Santa Cruz. Creo que ese tipo de presión nunca se debe aceptar. Desde el punto de vista de liderazgo, uno no puede abdicar, rendirse… menos si se sabía que las fuerzas oficialistas no se iban a atrever a hacer desmanes en Santa Cruz. Era solo poner un millón de personas decididas a defender su institución, su pueblo, su ciudad. Era la historia de un pueblo que se planta y no permite desmanes. Hubo planteamientos serios, cabales, de cómo mantener la medida, siempre desde el punto de vista institucional. Se pudo hacer, negociar de igual a igual, con el respaldo que había de la gente. Pero no se hizo nada de lo sugerido. Como si nos hubiéramos equivocado, como si hubiéramos cometido el peor pecado, las instituciones fueron devueltas. Esto dejó un sentimiento de frustración en los ciudadanos, que sintieron que su lucha fue en vano, y significó un retroceso terrible, además de provocar la desmovilización de la gente.


Por lo visto, una sensación que persiste hasta hoy, ¿o no?

Cuesta revertir ese sentimiento de frustración, de desmovilización. Y no he visto intenciones de revertir ese sentimiento. Lo digo ahora que vuelvo a escuchar a la gente, oigo reproches y trato de analizar, de explicar lo sucedido. Es posible que lo que estoy diciendo ahora lleve a malas interpretaciones… pero no me interesa lo que digan, porque creo que ha llegado el momento de pensar en voz alta. Pensar en lo que sucedió.


Se ha emocionado, ¿por qué? ¿Le da tristeza hablar de esto?

No, no… estoy nomás pensando. Es que hemos luchado tanto, hemos construido tanto y hemos perdido tanto terreno….


¿Por qué? ¿Será que es como suele decir Ángel Sandóval, uno de los gestores de Nación Camba, que el cruceño no quiere ser libre o que claudica por dinero? Aunque estos son males universales…

No creo que sea porque alguien se haya vendido. La gente tampoco tiene la culpa. Creo que faltó convencimiento y decisión en el liderazgo. Estar convencidos de que sí podíamos avanzar y que lo que habíamos definido y transmitido a la gente, de que íbamos a un proceso autonómico, era factible. Teníamos el Estatuto legitimado, teníamos leyes para aplicarlo, pero aunque digan lo contrario, no se vio avances. La gente se fue desmotivando. Imagino que se fue generando una sensación de vacío al no hacerse efectivo el Estatuto. Posiblemente por temor a una falta de compatibilidad con la Constitución, pero pensar así también fue un error, porque las cosas no son así. Hay que presionar, hacer incidencia, las cosas en Bolivia se hacen con la presión de la gente. Creo que debimos presionar más, como han hecho en otras partes del país, como hicieron los indígenas en los años 90, la gente de El Alto para conseguir sus objetivos. Fue una falla no utilizar la enorme fuerza que nos daba el pueblo para hacer los cambios que la gente quería que sucedan.


¿Cómo es posible ese desenlace, si habían liderazgos con mucho en común? Aunque ahora parece que no tienen nada en común. Tan divididos están, que ni siquiera pudieron articular un frente para las elecciones de diciembre. A usted, por ejemplo, no lo apoyan. ¿Celos, recelos, intereses, qué…?

En 2007 dejé la dirección del Comité pro Santa Cruz. Me alejé del manejo del Comité después de varios años como dirigente, y fueron otros los actores del proceso. Estuve un poco al margen de todo, aunque dos meses después de dejar la dirigencia cívica asumí la presidencia de la CRE. Mucha gente me buscó para animarme a que sea candidato a alcalde, a prefecto… Es posible que eso haya generado celos, es natural, porque era posible que me vieran como competencia. Pero esto no debería ser un problema y menos un factor de división, porque cuando uno sabe lo que hace y está seguro que lo ha hecho bien, no tiene problemas de competir, así es en democracia. Finalmente uno debe aceptar el veredicto de la gente, que premia o no lo que uno ha hecho. Así deberíamos asumirlo. Pero parece que ya no se está luchando por grandes demandas, como el de autonomía, que nos permitió elegir a nuestros prefectos. El prefecto es producto de esa lucha. El problema se plantea cuando la lucha político deja de ser algo impersonal y se vuelve personal.

Cuesta es ganar en cancha…

Así debería ser, porque la cuestión de fondo es definir en qué país queremos vivir, no las pugnas personales.


Parece que los líderes regionales no lo perciben así. De lo contrario estarían aliados en un frente compacto para lidiar con un contrincante poderoso, como es Evo Morales y el MAS…

Así debería hacer. Yo nunca antes estuve en un partido político, pero acepté lidiar esta vez porque la idea era gestar un frente amplio. No se trataba apenas de estar en cancha y asegurarse un porcentaje, sino generar una alternativa democrática que represente a ese gran sector de la población que no está de acuerdo con lo que está sucediendo. El trabajo era convencer, enamorar a la gente… así lo planteé. Generar un propuesta de un Estado sensible, socialmente responsable, con respuestas a los problemas más grandes de la gente. Lamentablemente, este tipo de discusión programática en base a principios no es importante. No es motivo de discusión. No son esos los motivos que prevalecen. Son otros intereses.


¿Cuáles, por ejemplo? ¿Regionales, económicos? ¿Cuáles fueron esos interese que impidieron su candidatura presidencial?

Varios análisis apuntaban a que sólo un indígena y además de occidente podía disputar con Evo. Nunca estuve de acuerdo con ese criterio, porque para mí la gente vale por su condición de ciudadano y no por su cualidad de colla, camba, menonita, indígena o mestizo… no creo que ese deba ser el parámetro para definir una postulación. Hubo la posibilidad que sea (René) Joaquino, luego Víctor Hugo Cárdenas… se entendía que sólo ellos podían generar unidad. Pero el grueso de la oposición alternativa a la visión del gobierno está en Santa Cruz, que aporta de entrada con 20 por ciento de la votación total. Y si a esto se suman otras demandas similares en otros departamentos, tenemos ya casi 27 por ciento de la votación total. Si sumamos además Chuquisaca y la al menos la mitad de Cochabamba, llegamos casi al 40 por ciento. Y si a eso aumentamos también un porcentaje de la votación de La Paz, superamos ese 40 por ciento. Estos cálculos fueron los que planteamos al defender una candidatura desde Santa Cruz, pero no los entendieron…


¿No se entendió o no quisieron hacerlo? Reyes Villa y Doria Medina, al igual que Joaquino, ya habían definido antes que serían candidatos presidenciables…

No hubo convencimiento de que podía ser cierto. Se creyó nomás que no era hora de los cruceños, insistiendo en el viejo chip que nos vienen metiendo desde hace años. 


Que así lo crean en occidente, hasta se puede entender, pero ¿que lo asimilen en Santa Cruz?

¡Nosotros no habíamos estado convencidos que como cruceños podíamos dirigir los destinos del país! Yo sí creo que tenemos esa capacidad. 


¿Por qué cree que no logró convencer ni a los propios cruceños? Hablo de Costas, Ortiz y otros…

Ellos, en todo su derecho, estaban convencidos que la alternativa seguía viniendo de occidente como cabeza de fórmula. A mí me ofrecieron ser vicepresidente de varias fórmulas, pero no acepté porque la cuestión de fondo no era ser candidato por figurar, nada más. Me molestó además esa visión centralista que sigue presente en los liderazgos paceños que creen que sólo ellos pueden conducir este proceso y que me dijeron abiertamente que no apoyarían a ningún candidato de Santa Cruz. Esa visión mezquina sobre el país sigue vigente. Y es lo que debería acabar, porque cualquier boliviano de cualquier parte del país tiene ese derecho…


Entonces, ¿por qué aceptó ser candidato a Senador del frente de Manfred y Leopoldo?

Porque en su momento, cuando Leopoldo aparece como candidato a vicepresidente, se produce una cascada, una avalancha de adhesiones. Pensé que era la oportunidad de hacer ese frente amplio que me animó inicialmente a aceptar la postulación del MNR. El apoyo que despertó en la ciudadanía el frente Manfred-Leopoldo me hizo repensar en el rol que podía jugar desde Santa Cruz, para lograr que la votación cruceña se vuelque hacia una línea democrática. Eso se logró, porque después se adhirieron Chuquisaca, Tarija… nosotros, desde Santa Cruz estamos aportando con casi 50 por ciento de los votos, aún con las divisiones en las candidaturas. Esto es importante. Nuestro peso ahora no solo es económico, sino también democrático.


Usted habla de un efecto cascada. Pero también hay otro efecto desbande, como la renuncia del bloque que representa la chuquisaqueña Aideé Nava…

Entiendo que debe haber muchísima presión. Siempre hay diferencias, además, políticas y personales. 


¿Acaso es por candidaturas?

Si, creo que ahí está el problema. Lo que estamos apoyando ahora es una alternativa frente a la fuerza oficialista. Pero esto no es la solución definitiva de los problemas, sino la construcción de una estructura que responda la demanda de los bolivianos que quieren un país distinto al que le ofrece el MAS.


Pero también hay otro efecto desbande, como la renuncia del bloque de Aideé Nava…

Entiendo que debe haber muchísima presión. Siempre hay diferencias, además, políticas y personales. 


¿Acaso es por candidaturas?

Si, creo que ahí está el problema. Lo que estamos apoyando ahora es una alternativa frente a la fuerza oficialista. Pero esto no es la solución definitiva de los problemas, sino la construcción de una estructura que responda la demanda de los bolivianos que quieren un país distinto al que le ofrece el MAS.


¿Cree que tienen chances?

Depende de los resultados que logremos en diciembre. Si llegamos a una segunda vuelta, sería interesante. Sé que es difícil ganar, pero no imposible. Nuestra lucha ahora es por garantizar el equilibrio de los poderes del Estado, comenzando por un equilibrio en las dos cámaras. Para los bolivianos, lo más conveniente es que en el Congreso haya equilibrio para y racionalidad. No olvidemos además que la nueva Constitución tiene muchos cuestionamientos que demandarán una construcción milimétrica de consensos…


Suena bien, pero irreal; la proyección de votos favorece al MAS.

Si eso sucede, todos tendremos que trabajar mucho para que nada se haga por imposición, cercos o bloqueos. Para que el proyecto del mismo gobierno sea viable, debe aprender a que las cosas no pueden hacerse por imposición. Todo tiene un límite. El gobierno debe pensar que no puede seguir actuando de esa manera, generando anticuerpos, una reacción ciudadana adversa. Pueden haber planteamientos más útiles para la sociedad, que no vengan únicamente del MAS. Es lo que haré. Pero para que tenga efecto, necesitamos generar mayor conciencia ciudadana, sin temor, sin miedo.


¿Hay alguna posibilidad de articular una fuerza compacta desde la oposición, antes de diciembre?

Siempre creí que así debería ser. Sería lo más saludable, pero lo veo difícil. Ellos (los otros candidatos de la oposición) tienen sus propios intereses y objetivos. Aun sabiendo que tienen poco porcentaje de votación, no cederán. Tendría que haber mucho desprendimiento para que eso se haga realidad. Y, sinceramente, no creo que haya tanto amor a la patria.


A usted ya lo han hecho decir que no dejará el Senado por otra postulación, ¿la mantiene?

Es una oportunidad para generar liderazgo cruceño con proyección nacional. Lo que no significa descuidar lo departamental y lo municipal. Si no hay coordinación entre parlamentarios, prefecto y alcaldes, será difícil trabajar por principios y valores, recuperar la mística y cristalizar las demandas regionales.


¿Cuándo fue la última vez que habló con el prefecto Rubén Costas, su ex compañero de lucha en las demandas cívicas?


Lo vi y nos saludamos hace poco


No, no hablo de saludo casual.

¡Ah…!, no sé, creo que hará un mes y medio más o menos.


¿Le preguntó por qué no apoya su candidatura en el PPB-CN y sí lo hace la de Oscar Ortíz en UN?

No sé si estará o no apoyándolo a él. Pero siempre digo que cuando me tocó apuntalar y apoyarlo en otras oportunidades, lo hice con mucha fe y consecuencia. Yo sí apoyé el proceso y asumí riesgos. Pero esas son decisiones personales. Cada uno toma sus propias decisiones. La historia dirá si se hizo mal o bien.


Lo que se dice es que esto es otra pelea entre ‘tobosʼ y ‘cabasʼ…

No, no… creo que es una decisión personalísima. Cada uno asume sus propias decisiones. Yo estoy dejando de lado intereses personales. Lo he hecho antes en el Colegio Médico, en el Comité Cívico, en la CRE… ahora quiero hacer mis aportes en otro ámbito. Es una decisión importante. Desde este nuevo espacio puedo ir al corazón de los bolivianos.


Si fuera verídico lo de las pugnas cabas y tobos, lo lógico fuera que estén juntos…

Se habla mucho de esas organizaciones. En todo el mundo existen. Pero no creo que ellas tengan que ver en este tipo de decisiones.
El programa, ¿vale?


¿Cuál es la diferencia entre lo que ya está en marcha, y que contiene la propuesta del MAS, y lo que ustedes defienden como PPB?

Siempre digo que no debería haber mucha diferencia entre los programas que presenten los diferentes candidatos. Porque si uno prioriza a la gente, sus derechos humanos, no habría por qué presentar diferencias, sino sólo en la calidad y transparencia de las personas. Por eso cuando se cuestionan supuestos plagios de programas, me suena a falso debate. Al final de cuentas, en el programa todos quieren generar empleos, infraestructura, caminos, salud, educación, más participación de la gente, redistribución de los recursos, etc. A mí no me preocupa tanto el detalle de los programas, sino más bien si hay o no voluntad real de quienes se postulan de trabajar en serio a favor de la gente, no sólo un interés por la toma del poder y su usufructo. Esto es lo que le hace daño a los partidos, al país, a la gente. Por eso insisto que si bien los programas son importantes y fundamentales, mucho más es la calidad de los candidatos.


¿Será que eso es de interés de la gente? El partido oficialista aventaja con 30 puntos al segundo, que es la alianza PPB-CN. ¿Significa que los candidatos masistas son mejores que los de PPB?

Lo que acabo de decir es lo ideal, como debería ser. Pero lamentablemente los partidos sostienen sus pugnas en base al prebendalismo, a la mentira. Consiguen el voto así y finalmente hacen lo que quieren. Por eso insisto en que hay que defender un gobierno facilitador de las acciones del ciudadano y no de homogenizar, de imponer su verdad o sus intereses. Hay que decir NO al manejo abusivo y hegemónico del poder.


Pero eso le ha dado buenos resultados al MAS…

Puede ser, pero no es la solución definitiva. Lo que ha hecho el partido de gobierno es prebendalizar aún más a ciertos sectores de la sociedad y ha profundizado la confrontación, llevándola a extremos peligrosos. Hay casos como el de India, donde la confrontación y este juego de amigo versus enemigos provocó una guerra. Ese es un clima que es usado luego para asegurarse el voto y para imponer un poder absoluto. Esto es lo que ha manejado el gobierno, una confrontación programada. Es un populismo prebendalista, clientelista, que puede generar sectores de apoyo y adhesiones, pero de gente que no se mueve por principios, sino por poder.
“Me molesta esa visión centralista que sigue presente en los liderazgos paceños que creen que sólo ellos pueden conducir un proceso nacional y que me dijeron abiertamente que no apoyarían a un candidato cruceño”.